Written by: mcgimenez on 9 febrero, 2011 @ 19:03
Esta pregunta tiene trampa.
Todos pensamos en momentos ideales, en situaciones controladas y en objetivos precisos. Pero cuando se trata de educar desde la posición de padre o madre estamos educando siempre.
Cuidado que esto no es para relajarse. Que estemos educando siempre no quiere decir que todo lo que hacemos sirve para educar correctamente a nuestro hijos. Lo que quiere decir es que todo lo que hacemos, especialmente lo que hacemos en presencia de nuestros hijos tiene consecuencias educativas. Lo que no implica que esas consecuencias sean positivas.
Pongamos algunos ejemplos:
- Cuando protestamos en la mesa por algo relativo a la comida, no estamos contribuyendo precisamente a que su actitud hacia la comida sea la correcta.
- Cuando lamentamos amargamente no tener dinero y necesitar trabajar, no les estamos dando muchos ánimos para que se preparen para trabajen en el futuro (¿Para qué?¿Para estar tan amargado como mi viejo?).
- Si nos quejamos excesivamente de nuestras dolencias y enfermedades no les estamos enseñando reciedumbre ante las adversidades.
- Si no nos entusiasma aprender algo nuevo porque lo necesitamos (en el trabajo o por otra obligación) ¿cómo vamos a pedirles entusiasmo en sus estudios?
Os estareís preguntando a qué viene todo este sermón. Bueno, desde el post del mes pasado no he podido actualizar el blog porque tuve una lesión muscular haciendo ejercicio que me ha tenido bastante liado: Medicación antiinflamatoria, relajantes musculares, resonancias magnéticas para descartar hernias cervicales, dolores nocturnos….
Todo esto que escribo no está dirigido a vosotros. Es un recordatorio para mi, para no buscar escusas en mis actuales dolencias. Sigo siendo padre de mis hijos y mi responsabilidad educativa no ha disminuido ni un poquito. Tan sólo las oportunidades educativas de mi situación son un poco distintas.
Muchas gracias por vuestra atención.
Manuel
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