Manuel C. Gimenez

Notas sobre educación en familia

Written by: on 8 noviembre, 2010 @ 20:56

Hace unos cien años problemas como la obesidad y todos los asociados al sedentarismo casi no existían. El ser humano se desplazaba por sus propios medios a todos lados y si tenía que llevar un saco de 30 kg al pueblo de al lado pues se llevaba y listo. Tal vez había que ir a ese pueblo tan sólo para llamar al médico o pedir ayuda. Las cosas no eran demasiado diferentes, desde el punto de vista de la exigencia física de la vida cotidiana, a como habían sido desde el comienzo de la civilización o incluso antes.

La introducción de los medios de transporte tanto individuales como colectivos hicieron innecesarios esos esfuerzos. El teléfono, la radio y la televisión hicieron menos necesarios los deplazamientos. Los automóviles y los ascensores hicieron mucho más cómodos los desplazamientos que seguián siendo necesarios. Los mandos a distancia (del televisor, de la puerta del garaje) terminaron con los últimos movimientos necesarios.

A nadie le puede extrañar que el sedentarismo y la obesidad sean un problema en nuestra sociedad. Nuestro cuerpo está adaptado a traves de millones de años de evolución para realizar tareas físicas que ya no hace. Y al igual que los astronautas que pasan mucho tiempo en la ingravidez del espacio, nosotros estamos experimentando graves problemas de salud.

Prácticamente cada semana se publican nuevos estudios científicos que muestran lo beneficioso para una enfermedad en particular que es el ejercicion físico. El cancer, la enfermedad de alzheimer, la osteoporosis, la diabetes, … todas estas enfermedades tienen menor incidencia entre la gente físicamente activa. Y además los porcentajes de curación son superiores también entre los deportistas que entre las personas sedentarias.

Bueno, estareís pensando qué es lo que tiene que ver todo esto con la educación. Pues tiene mucho que ver, sobre todo con la estimulación de los bebés. Porque esa vida sedentaria que nos trae tantos problemas empieza de forma alarmante con los bebés. Nacen preparados para adaptarse a las circunstancias de su entorno, y esas circunstancias son estar boca arriba en una cuna mirando el techo de la habitación la mayor parte del tiempo. Estimulante, lo que se dice estimulante, no parece.

Pues bien, las buenas noticias son que, si bien la estimulación intelectual es un proceso que requiere un esfuerzo constante durante los primeros años de la vida del niño, la estimulación física se parece más a tirar una piedra montaña abajo. Una vez que la tiras es muy difícil pararla.

Las malas noticias es que ese “tirar la piedra” inicial es complicado … mentalmente. Se trata de fabricar una plataforma de gateo y hasta que el niño aprenda a gatear (suele pasar aproximadamente a los 6 o 7 meses de edad) tener al niño tumbado boca abajo en ella o en brazos. La plataforma en si es relativamente sencilla de fabricar. Consiste en una especie de “U” formada por un tablero de 45cm de ancho rematado por otros dos de entre 15 y 20 cm de alto. El conjunto así formado se recubre con gomaespuma de unos 3cm y se tapiza con piel sintética (el famoso skay). Se puede preparar un tramo de unos 2 metros de largo de plataforma o mejor, fabricar un carril al rededor de la cama de los padres (a la que previamente se le quitan las patas para que quede a la misma altura).

Ya está. Con un artilugio de tan baja tecnología podemos conseguir una estimulación espectacular de nuestro bebé. Pero hay que hacer una serie de puntualizaciones importantes:

  1. Es necesario que la temperatura sea la adecuada para el niño. Eso se puede conseguir poniendo la habitación correspondiente a 30ºC o, alternativamente tenerla por encima de 20 grados y consiguiendo que la plataforma esté calentita mediante la instalación durante su fabricación de algún tipo de manta eléctrica entre el tablero y la gomaespuma.
  2. Para que el niño pueda empezar a hacer movimientos y a modular su respuesta hay que conseguir que al mover sus brazos o piernas su cuerpo se mueva. Para eso es necesario que tenga descubiertas totalmente tanto las piernas como los brazos, en contacto con la piel artificial de la plataforma.


Bueno hechas estas puntualizaciones creo que empezais a comprender la dificultad de esta estimulación temprana. He aplicado el método con mis dos hijos pequeños con resultados altamente satisfactorios. Mis familiares y amigos han sido testigos del desarrollo de mis hijos y reconocen sin excepción lo fantástico de los resultados. Pues bien, aparte de nosotros no conozco a nadie que haya aplicado el método ya que, aunque le proporciones todo el material a una pareja, es muy dificil que ambos acepten la aplicación de ese método “tan raro”. Es mucho mejor hacer “lo que todo el mundo” y que alguno de tus hijos tenga problemas de movilidad “normales hoy en día”.

En próximas entradas os pondré alguna foto de la plataforma de gateo en la que aprendió a gatear mi hijo Julio, porque una imagen vale más que mil palabras.

Muchas gracias por vuestra atención.

Manuel

Catogories: Educación de 0 a 4 años

Comments are closed.